A pesar de los avances en materia de igualdad de género, la brecha salarial persiste. Según el Foro Económico Mundial, la igualdad completa podría tardar más de un siglo en alcanzarse si no se implementan medidas urgentes. La historia ha demostrado que las mujeres han recibido sistemáticamente menores salarios que los hombres, incluso en roles equivalentes, y esta disparidad se agrava en sectores dominados por hombres.
Las mujeres en roles de liderazgo enfrentan estereotipos que cuestionan su capacidad y compromiso. A menudo, deben demostrar habilidades excepcionales para ser consideradas para los mismos puestos que los hombres. La percepción de que las mujeres son menos competentes o demasiado emocionales para liderar sigue siendo un obstáculo significativo. Cambiar esta mentalidad es esencial para abrir camino a futuras generaciones de líderes femeninas.
En México, las expectativas culturales siguen asignando a las mujeres el rol principal en el hogar, lo que limita sus oportunidades laborales. Esta carga desproporcionada de trabajo no remunerado afecta su capacidad de ascender profesionalmente y perpetúa la dependencia económica. Romper con estos esquemas es clave para impulsar la participación femenina en la economía.
No cabe duda que la educación es la herramienta más poderosa para cerrar la brecha de género. Sin embargo, las mujeres siguen subrepresentadas en carreras STEM y en programas de formación empresarial. Fomentar la educación en áreas estratégicas y ofrecer programas de mentoría puede ser decisivo para que más mujeres accedan a puestos de liderazgo y emprendan con éxito.
La pregunta persiste: ¿qué podemos hacer mañana para eliminar la brecha salarial? En nuestro análisis, compartido por muchas expertas en el tema, se concentra en las siguientes áreas de acción:
- Políticas empresariales inclusivas: Implementar programas de guardería, horarios flexibles y licencias parentales equitativas.
- Transparencia salarial: Publicar escalas salariales para garantizar la equidad en la remuneración.
- Capacitación continua: Ofrecer becas y programas de formación para que las mujeres puedan seguir creciendo profesionalmente.
- Sensibilización cultural: Impulsar campañas educativas para erradicar estereotipos y promover la corresponsabilidad en las tareas del hogar.
Cerrar la brecha salarial y empoderar económicamente a las mujeres no sólo es un acto de justicia social, sino también una estrategia inteligente para el crecimiento económico global. Las experiencias personales de mujeres que han superado obstáculos —aprovechando oportunidades laborales, siendo madres solteras trabajadoras o accediendo a beneficios empresariales— nos enseñan que las políticas de inclusión son clave para construir un mundo más equitativo y próspero.
Empoderar a las mujeres es una inversión con retorno asegurado: sociedades más justas, economías más fuertes y generaciones futuras con más oportunidades para todos.